Un estudio revela propiedades terapéuticas de los polifenoles del AOVE en el cáncer infantil

Los investigadores examinaron la oleuropeína y el hidroxitirosol por su potencial en el tratamiento del neuroblastoma, un formidable cáncer infantil.
Por Simon Roots
23 de abril de 2024 00:08 UTC

Una articulación estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Castilla-La Mancha, Oporto, Lisboa y Palermo se ha analizado el potencial terapéutico de la oleuropeína y hidroxitirosol en el tratamiento del neuroblastoma, un cáncer que afecta a niños pequeños.

La revisión enfatiza el papel de la La dieta mediterránea y aceite de oliva, que contienen ambos polifenoles, subrayando sus propiedades antioxidantes, que podrían reforzar las defensas celulares y mitigar el daño oxidativo en las células del neuroblastoma.

Además, se ha demostrado que la oleuropeína y el hidroxitirosol inducen la apoptosis (muerte celular), reducen los efectos secundarios de los tratamientos convencionales y contrarrestan la latencia tumoral como mecanismo de resistencia, lo que sugiere vías prometedoras para futuras investigaciones, especialmente estudios in vivo.

Ver también:Noticias de Salud

El neuroblastoma es un cáncer pediátrico desafiante que afecta principalmente a niños de 17 a 18 meses. Surge de las células de la cresta neural del sistema nervioso simpático y comúnmente se origina en las glándulas suprarrenales, el cuello, el tórax o la médula espinal.

A pesar de los avances en modalidades de tratamiento como la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia, el neuroblastoma sigue siendo una entidad clínica formidable debido a su propensión a la recurrencia y al desarrollo de resistencia a los medicamentos. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de nuevas estrategias terapéuticas para mejorar los resultados de los pacientes.

La revisión subrayó el potencial de los compuestos naturales derivados de la dieta mediterránea para abordar los desafíos terapéuticos del neuroblastoma. Su accesibilidad y citotoxicidad reducida los convierten en candidatos atractivos para la integración con tratamientos convencionales.

Por ejemplo, los compuestos derivados del ajo y los antioxidantes del vino tinto han demostrado efectos anticancerígenos en varios tipos de cáncer, incluido el neuroblastoma. Aprovechar estas sustancias naturales para mejorar la eficacia del tratamiento y mitigar los efectos secundarios es prometedor, especialmente en oncología pediátrica.

La dieta mediterránea es conocida por su beneficios de la salud y efectos protectores contra diversas enfermedades, incluido el cáncer.

Aceite de oliva virgen extra, la principal fuente de grasa en la dieta mediterránea, contiene compuestos fenólicos bioactivos, incluidos la oleuropeína y el hidroxitirosol, que han despertado interés científico por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.

La oleuropeína, el principal compuesto fenólico que se encuentra en el aceite de oliva, demuestra diversos potenciales terapéuticos, incluidos efectos cardioprotectores, antiinflamatorios y neuroprotectores. Su capacidad para interactuar con vías moleculares críticas en la progresión de la enfermedad lo convierte en un candidato atractivo para la terapia contra el cáncer.

Tras la hidrólisis, la oleuropeína produce hidroxitirosol, que comparte propiedades beneficiosas similares y se ha demostrado que ejerce potentes efectos anticancerígenos en varios tipos de tumores.

Una de las características distintivas de las células cancerosas es su equilibrio redox desregulado, lo que conduce a una mayor producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y estrés oxidativo.

Con sus propiedades antioxidantes, la oleuropeína y el hidroxitirosol pueden mitigar potencialmente el daño oxidativo y reforzar las defensas antioxidantes celulares en las células de neuroblastoma.

Al eliminar los radicales libres y modular las vías del estrés oxidativo, estos compuestos fenólicos pueden inhibir el crecimiento tumoral, inducir la apoptosis y sensibilizar las células tumorales a los tratamientos convencionales.

Ver también:La investigación muestra el papel de los polifenoles en la inhibición de la metástasis del cáncer

Además de sus efectos antioxidantes, se ha demostrado que la oleuropeína y el hidroxitirosol modulan diversas vías de señalización implicadas en la progresión del cáncer.

Pueden inhibir el potenciador de la cadena ligera kappa del factor nuclear de la activación de las células B activadas (NF-κB), la expresión del factor 1α inducible por hipoxia (HIF-1α) y la actividad de la histona desacetilasa (HDAC), suprimiendo así las respuestas inflamatorias, la angiogénesis y la tumorigénesis. .

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La angiogénesis tumoral implica el desarrollo de vasos sanguíneos en la masa cancerosa para suministrar nutrientes y oxígeno, apoyando el crecimiento del tumor y la metástasis.

Los inhibidores de la angiogénesis se consideran un medio para complementar otras terapias y prevenir el desarrollo de tumores malignos. La terapia antiangiogénica, aunque no es una cura, es eficaz para destruir los tumores porque el suministro vascular es esencial para su crecimiento.

La revisión destacó la importancia de explorar la farmacocinética y la biodisponibilidad de la oleuropeína y el hidroxitirosol para optimizar su eficacia terapéutica.

A pesar de su baja biodisponibilidad, estos compuestos pueden alcanzar concentraciones terapéuticas en los tejidos diana, particularmente en tumores, debido a su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica e interactuar con objetivos celulares.

Los investigadores indicaron que las estrategias para mejorar la administración y la biodisponibilidad de oleuropeína e hidroxitirosol, como las nanoformulaciones y los sistemas de administración de fármacos dirigidos, justifican una mayor investigación para maximizar su utilidad clínica en el tratamiento del neuroblastoma.

Además, la oleuropeína y el hidroxitirosol exhiben citotoxicidad selectiva hacia las células cancerosas sin afectar a las células normales, lo que los convierte en candidatos prometedores para la terapia dirigida contra el cáncer.

Los estudios preclínicos han demostrado resultados prometedores, incluida la inhibición del crecimiento tumoral, la inducción de la apoptosis y la sensibilización de las células tumorales a la quimioterapia.

Sin embargo, los investigadores añadieron que trasladar estos hallazgos a la práctica clínica requiere una evaluación rigurosa en ensayos clínicos bien diseñados para establecer la seguridad, la eficacia y los regímenes de dosificación óptimos.

Los autores señalan que se necesita más investigación para dilucidar completamente sus mecanismos de acción, optimizar su farmacocinética y evaluar su eficacia clínica en pacientes con neuroblastoma.

Aprovechando el potencial terapéutico de la oleuropeína y el hidroxitirosol, esperan allanar el camino para tratamientos más eficaces y menos tóxicos para el neuroblastoma y otros cánceres pediátricos, mejorando en última instancia los resultados y la calidad de vida de los pacientes afectados y sus familias.


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