Las prácticas agrícolas regenerativas mejoran la rentabilidad de las plantaciones de olivos en pendientes pronunciadas

Después de descubrir que la salud del suelo mejoró en los olivares abandonados en pendientes pronunciadas, los investigadores determinaron que la agricultura orgánica y regenerativa podría producir resultados similares.

Por Máté Pálfi
28 de septiembre de 2023 13:21 UTC
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Investigadores de la región de Andalucía, en el sur de España, han descubierto que seguir prácticas agrícolas regenerativas y orgánicas en olivares de pendientes pronunciadas mejora la rentabilidad y la sostenibilidad.

Investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y de la Universidad de Granada determinaron que los sistemas de cultivo con laboreo continuo degradan la salud del suelo y aumentan la erosión.

Si se implementaran prácticas agrícolas regenerativas y orgánicas, los agricultores podrían acceder a ayudas financieras públicas para este tipo de cultivos, y su producción sería más rentable.- Francisco Bruno Navarro, investigador principal, Ifapa

Según los investigadores, unas 495,400 hectáreas de olivar en Andalucía, el 29.6 por ciento de la superficie total de olivar de la región, se cultivan en laderas con una pendiente superior al 20 por ciento.

La topografía abrupta, las elevaciones irregulares y la accesibilidad desafiante caracterizan a los olivares de pendientes pronunciadas. Debido a estos factores, los olivares de pendientes pronunciadas a menudo sufren de una mala calidad del suelo, incluida la falta de nutrientes, lo que lleva a los agricultores a labrar la tierra y aplicar fertilizantes anualmente.

Ver también:El cambio climático amenaza la agricultura de pendiente pronunciada

Como resultado de la calidad relativamente mala del suelo y la incapacidad de mecanizar los huertos, los agricultores que cultivan olivos en estos exigentes paisajes enfrentan menores retornos económicos y crecientes costos de producción.

"Por estos motivos, muchas parcelas acaban abandonadas”, afirma Francisco Bruno Navarro, investigador principal de Ifapa. "Esto provoca la pérdida de actividad socioeconómica en distintas zonas de olivo en pendiente, como Jaén, Granada, Málaga y Córdoba, que suponen el 26 por ciento de la superficie total de este cultivo en Andalucía”.

En un estudio Publicado a principios de este año en Renewable Agriculture and Food Systems, los investigadores descubrieron que la salud del suelo y la biodiversidad generalmente mejoran en los olivares de pendientes pronunciadas después de su abandono, lo que revive las funciones ecológicas.

Sin embargo, los investigadores agregaron que estos resultados del abandono podrían lograrse mediante prácticas agrícolas regenerativas y orgánicas, lo que permitiría a los agricultores mejorar la salud del suelo y aumentar la rentabilidad de sus olivares de fuerte pendiente.

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Olivares de pendientes pronunciadas en Andalucía

La forma principal para que los agricultores logren esto es seguir prácticas agrícolas sin labranza y fomentar el crecimiento de la cubierta vegetal entre las hileras de olivos, lo que, según los investigadores, protegió el suelo de la erosión, mejoró la retención de agua y Hábitats creados para depredadores naturales. de plagas generalizadas del olivo.

"Es un sistema de cultivo más natural y rentable que ayuda a frenar los procesos erosivos y la escasez de biodiversidad”, afirmó Bruno Navarro.

Los investigadores llegaron a estas conclusiones después de evaluar minuciosamente las prácticas de gestión de la tierra en 20 parcelas diversas repartidas por las regiones olivareras más importantes de España, incluidas las provincias andaluzas de Córdoba, Jaén, Granada y Málaga.

Estas parcelas seleccionadas representaban un espectro de condiciones, desde áridas y secas hasta húmedas y fértiles, lo que permitió una comparación detallada de varios enfoques agrícolas.

El estudio examinó seis sistemas de cultivo, cada uno de los cuales reveló su huella ecológica: orgánico con labranza del suelo, orgánico con cobertura espontánea, convencional, convencional sin labranza, abandonados y en proceso de abandono.

Los investigadores llevaron a cabo una evaluación muy detallada de la biodiversidad en términos de flora y del mundo de los lepidópteros, un orden de insectos que incluye polillas y mariposas.

Con base en sus hallazgos, la investigación determinó que las prácticas de labranza convencionales eran más erosivas y provocaban la degradación del suelo.

Por el contrario, el enfoque ecológico, caracterizado por cultivar una cubierta vegetal protectora, arrojó los mejores resultados en cuanto a la salud del ecosistema y la rentabilidad del olivar.

"Además, si se implementara, los agricultores podrían acceder a ayudas financieras públicas para este tipo de cultivos y su producción sería más rentable”, afirmó Bruno Navarro.

La perspectiva de acceder a ayudas financieras públicas en el marco del última versión de la Política Agrícola Común porque la adopción de estos métodos orgánicos podría mejorar la economía de los paisajes agrícolas de pendientes pronunciadas.

Una vez puestas las bases, los investigadores se propusieron investigar el aspecto microbiológico de los olivares no cultivados o cubiertos de vegetación, buscando el tiempo necesario para que el suelo se adapte a las nuevas condiciones de crecimiento.

"Queremos comprobar cuánto tiempo tarda el suelo en adaptarse a las nuevas condiciones de cultivo, definir cómo influye el clima en este cambio y evaluar cuestiones como la fijación de carbono para explorar todas las ventajas de los olivares abandonados con pendiente ecológica”, afirma Bruno Navarro.



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