Estudio en España confirma al olivo como cultivo estratégico para recuperar la biodiversidad

Los olivares han perdido gran parte de su biodiversidad, pero según los nuevos hallazgos de un estudio realizado en Andalucía, todavía hay oportunidades de recuperación.

La olivilla
Por Rosa Gonzalez-Lamas
16 de octubre de 2018 09:55 UTC
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La olivilla

El descubrimiento de una nueva especie botánica durante un estudio de investigación realizado en Andalucía atestigua que a pesar de que los olivares han perdido gran parte de su biodiversidad en las últimas décadas, siguen siendo una sólida base de flora y fauna que los convierte en una plataforma ideal para recuperarse. biodiversidad, un valor añadido de la producción de aceituna y aceite de oliva.

Los hallazgos fueron parte del Proyecto LIFE de Olive Alive, una iniciativa coordinada por SEO / BirdLife y realizado por la Universidad de Jaén y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) a través de los olivares 40 en ubicaciones andaluzas 20.

El estudio, cuyos resultados se dieron a conocer este mes, fue concebido para cuantificar la diversidad como base para futuras evaluaciones del impacto de las acciones implementadas para recuperar la biodiversidad. Demostró que la biodiversidad puede ser una buena inversión que puede contribuir a una mayor rentabilidad en el cultivo del olivo y la producción de aceite y debe, por tanto, ser considerada a la hora de desarrollar nuevas políticas y prácticas agrícolas.

Linaria qartobensis fue la especie botánica descubierta en un olivar en Córdoba. Muestra rasgos diferentes que otros Especies de Linaria, como forma, color y semillas, y ahora se ha incluido en los registros españoles y mundiales. Se registraron un total de 549 especies herbáceas y 137 especies leñosas a través del estudio.

Arboleda en la olivilla

En el lado animal, se identificaron especies de aves 165 de géneros 199 durante el estudio. Los olivares sirven como hábitat para la anidación, hibernación o tránsito durante la migración. Veintiséis de las especies tenían algún tipo de estado amenazado, incluidos dos en peligro de extinción: alzacola roja y gran avutarda (Otis tarda.) También se registraron ciento diecinueve insectos polinizadores y 58 especies de hormigas, una de las cuales parece ser una especie considerada extinta desde 1960, Aphaenogaster gemella.

Las cifras representan un promedio entre todos los olivares estudiados, ya que la biodiversidad no es homogénea en todos, variando según el manejo del suelo, la aplicación de prácticas agrícolas convencionales o biológicas, el tamaño de las parcelas y la complejidad del paisaje.

Los paisajes sencillos eran aquellos donde predominaban los olivos con escasa presencia de otros cultivos; Los paisajes de complejidad intermedia fueron aquellos en los que el olivo se entrelaza con otros cultivos y otros elementos vegetativos; y paisajes complejos eran lugares donde los olivares no eran necesariamente dominantes, conviviendo con una gran variedad de otros elementos vegetales.

Los olivares fueron muestreados e indexados en términos de su extensión, métodos de cultivo, diversidad funcional, heterogeneidad, relación con el paisaje y valor para la conservación. Se elaboró ​​una lista de especies, géneros y familias de cada grupo de organismos utilizados como indicadores de biodiversidad para cada arboleda muestreada y también se elaboraron mapas delineando los usos de cada territorio. La muestra agregada representó un poco menos de 10,000 hectáreas de una superficie total de olivar de 1.5 millones de hectáreas en Andalucía. Las muestras se obtuvieron desde abril de 2016 hasta mayo de 2017.

La pérdida de biodiversidad en España comenzó a finales de la década de los 1980 cuando se adoptaron prácticas agrícolas de producción masiva por la incorporación del país a la Política Agraria Común de la Unión Europea. Este cultivo simplificado eliminó todos los elementos no estrictamente relacionados con el olivo, destrucción lograda mayoritariamente con pesticidas y herbicidas. Esto no solo contribuyó a una pérdida significativa de biodiversidad, sino que con el tiempo llevó a exponer los cultivos a patógenos en evolución.

La biodiversidad contribuye a la fertilidad del suelo y al control de la erosión, las plagas y las enfermedades. Olive Alive busca reintroducir la biodiversidad en los olivares para aumentar su rentabilidad mediante el diseño de modelos de cultivo que ayuden a mejorar la calidad de los aceites de oliva y sean compatibles con la preservación de los ecosistemas.

Algunas acciones propuestas para este fin incluyen el manejo de cubiertas herbáceas y la restauración de zonas improductivas mediante la plantación de árboles, arbustos y hierbas específicos, junto con la creación de elementos funcionales para albergar animales favorables a la biodiversidad.

A principios de este 2018, SEO / BirdLife inició su participación en un proyecto colaborativo de dos años que estudiará las coberturas herbáceas de especies autóctonas en el olivar, en un intento de transferir conocimiento sobre prácticas sostenibles a través de ensayos demostrativos en los huertos, consolidando también herramientas agronómicas para manejo del suelo que puede ayudar a controlar la erosión, mantener la fertilidad y preservar la biodiversidad.





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