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La investigación revela cómo el patógeno mortal infecta los olivos

Investigadores de la Universidad de Córdoba estudiaron cómo el fluido emitido por las raíces del olivo facilita la germinación del hongo responsable de la marchitez por Verticillium.
Verticillium
Por Simon Roots
6 de febrero de 2023 15:10 UTC

Utilizando un nuevo método de in vitro En este análisis, investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Córdoba han comprobado cómo el fluido que emiten las raíces del olivo permite la germinación del hongo que provoca la marchitez por Verticillium.

Los investigadores esperan que los hallazgos, publicado en Planta y Suelo, allanará el camino hacia medidas de control más eficaces para la enfermedad fúngica transmitida por el suelo que afecta a una amplia gama de plantas, incluidos los olivos.

"La mejor manera de establecer medidas de control de forma racional contra los patógenos de los cultivos es conocer a fondo los mecanismos implicados”, afirma Antonio Trapero-Casas, profesor de producción vegetal de la universidad. "Este estudio es un intento de conocer estos mecanismos involucrados”, agregó.

Ver también:Comprender la relación entre los hongos y el clima puede frenar el costoso patógeno del olivo

El marchitamiento por Verticillium es actualmente una de las mayores amenazas para los olivares en todo el mundo porque no existe un método conocido para controlarlo de manera efectiva.

Aunque existen cultivares de olivo resistentes, son menos productivos y aún vulnerables. picual, el cultivar comercial más común, es también la más susceptible al patógeno.

En 2021, el departamento de agronomía de la Universidad de Córdoba dijo que sus esfuerzos de cuatro años para combatir la marchitez por Verticillium mediante el injerto de olivos andaluces con variedades resistentes, la estrategia más prometedora hasta la fecha, habían no pudo producir resultados en el campo.

En el momento que todos los DARWINs coticen incluyendo los deslizamientos dalia verticillium, el hongo que causa la marchitez, ha infectado a un huésped, se vuelve vulnerable a varios otros tipos de hongos, bacterias y protozoos.

También entran en juego microbios oportunistas, como los nematodos y las amebas, que, aunque inicialmente no intervienen en la infección, se alimentan de las sustancias que generan los mecanismos naturales de defensa del olivo.

Un obstáculo importante para controlar el patógeno es su capacidad de sobrevivir en el suelo hasta 14 años hasta que se encuentra con las raíces de sus plantas hospedantes, las cuales, durante el crecimiento, secretan sustancias llamadas exudados que influyen en los microorganismos circundantes.

Para estudiar el papel de estos exudados, los investigadores extrajeron muestras de tres cultivares de olivo: Frantoio, el más resistente; Arbequina, un cultivar de resistencia media; y Picual, la más susceptible.

Descubrieron que los exudados de Frantoio no resultaron significativamente en la germinación de microesclerocios de Verticillium, mientras que los exudados de las variedades susceptibles sí lo hicieron.

Microesclerocios de Verticillium

Los microesclerocios de Verticillium son estructuras pequeñas y duras producidas por el hongo del marchitamiento por Verticillium que pueden sobrevivir en el suelo durante varios años. Sirven como la principal fuente de infección para nuevas plantas hospedantes y son el medio por el cual el hongo persiste en el suelo de una temporada a la siguiente.

A continuación, los investigadores analizaron cómo los agentes de control biológico aplicados a las diferentes variedades de olivo podrían alterar la función de los exudados.

Este análisis mostró que en Frantoio, los exudados de las plantas tratadas no indujeron ni redujeron significativamente la germinación de estructuras de resistencia a patógenos. Por el contrario, los exudados de las plantas Picual o Arbequina tratadas redujeron significativamente la viabilidad de estas estructuras.

Los investigadores dijeron que este resultado es significativo porque sugiere que los agentes de biocontrol pueden modular el efecto de los exudados, disminuyendo así la capacidad del patógeno para infectar cultivos susceptibles.

El resultado se basa en el hallazgo de los investigadores de 2022 de que aplicar Aureobasidium pululanos y Bacilo amyloliquefaciens, dos microorganismos y un fertilizante de fosfito de cobre reforzó las defensas naturales de los olivos contra el hongo.



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