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Se mide el poder de captura de carbono de los olivares

Nuevos hallazgos arrojan luz sobre el potencial climático de los olivares y ofrecen un papel prometedor en los esfuerzos de secuestro de carbono.
Por Simon Roots
4 de junio de 2025 13:06 UTC
Resumen Resumen

El proyecto español C-Olivar ha demostrado que 15 olivares de Estepa capturan 412 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente al año, y que las diferentes prácticas de gestión afectan a los niveles de almacenamiento de carbono. El proyecto busca aumentar la captura de carbono en los olivares mediante el desarrollo de metodologías para el cálculo de créditos de carbono, la creación de un mercado voluntario de créditos de carbono y la promoción de prácticas que favorezcan la captura de carbono.

Los primeros resultados del español Proyecto C-Olivar Se han publicado estudios que demuestran que las 15 parcelas estudiadas logran un secuestro neto de 412 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalente al año. 

Las parcelas, ubicadas en Estepa, Andalucía, comprendían 440 hectáreas de olivares con diferentes prácticas de gestión.

C‑Olivar es un grupo operativo con sede en Andalucía integrado por las administraciones públicas regional y nacional, la Universidad de Jaén, la organización de profesionales agrarios ASAJA-Sevilla, el organismo regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Estepa y Evenor-Tech, empresa tecnológica especializada en la gestión del territorio y la protección del medio ambiente.

Ver también:Se espera que las temperaturas globales aumenten 2ºC para 2030

El objetivo principal del proyecto es aumentar la cantidad de carbono almacenado por olivares. Para lograrlo, el grupo se encarga de diseñar una metodología para calcular créditos de carbono para los olivareros, creando un mercado voluntario de créditos de carbono para el sector, incrementando la adopción de prácticas de cultivo del olivo que favorezcan el secuestro de carbono y desarrollando tecnología para ayudar a los agricultores y técnicos en este esfuerzo.

El análisis evaluó el carbono almacenado en las estructuras permanentes de los olivos y en el suelo, revelando rangos de secuestro de entre 0.6 y 2.6 toneladas de dióxido de carbono equivalente por hectárea por año para los árboles. 

En seis de las 15 parcelas se observó un secuestro adicional de 0.36 a 2.1 toneladas por hectárea en el suelo, mientras que en las nueve parcelas restantes se registró una pérdida de carbono del suelo.

En las parcelas donde se reportó pérdida de carbono en el suelo, las principales causas fueron las diferencias en las prácticas de manejo. Estas incluyeron la escasa o nula cobertura vegetal y la falta de técnicas de acondicionamiento orgánico del suelo.

Investigaciones anteriores han demostrado que los olivares gestionados tradicionalmente almacenan significativamente más carbono, y que tanto la cobertura del suelo como el acondicionamiento orgánico del suelo son factores contribuyentes importantes.

"“La aplicación de fertilizantes orgánicos y la facilitación de cultivos de cobertura espontáneos temporales consiguen un balance de carbono positivo y reducen los impactos negativos del cultivo del olivo”, señala Lázuli Fernández de la Universidad de Jaén.

“[Los olivares tradicionales] permiten retirar de la atmósfera 5.5 kilogramos de dióxido de carbono equivalente por cada kilogramo de aceite [sin envasar] producido”, añadió. "En el caso del cultivo de regadío, este valor desciende a 4.3, y el método intensivo permite capturar hasta 2.7 kilogramos de dióxido de carbono equivalente por un kilogramo de aceite”.

En cinco de las nueve parcelas donde se reportó pérdida de carbono del suelo, el carbono acumulado en los árboles compensó la pérdida del suelo. En las cuatro restantes, se registró una emisión neta de carbono. Esto, nuevamente, se atribuyó a las prácticas de manejo.

Hay aproximadamente 11.7 millones de hectáreas de tierra dedicadas al cultivo del olivo en todo el mundo, una superficie aproximadamente equivalente al tamaño de Portugal. 

Si se determina que los resultados del análisis de C-Olivar son representativos, incluidas aquellas parcelas con una emisión neta, esto equivaldría a aproximadamente 10.96 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente secuestradas por año.

Sin embargo, en su comunicado de prensa, la sección sevillana de la Asociación de Jóvenes Agricultores y Ganaderos (ASAJA-Sevilla) destacó la necesidad de mejorar las prácticas agrícolas para aumentar el secuestro de carbono, un objetivo clave del proyecto. 

Si se replicaran las cifras más altas de las parcelas de la zona de estudio, esto elevaría el almacenamiento global de carbono del olivar a aproximadamente 55 millones de toneladas por año.

"“Desde la DOP Estepa seguimos trabajando con firmeza para obtener datos rigurosos que pongan de manifiesto el papel esencial que juegan nuestros olivares como sumidero de carbono y su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático”, ha afirmado Moisés Caballero, secretario general de la DOP Estepa.

"“Esta investigación es una muestra más del potencial medioambiental del cultivo del olivo y nos anima a seguir apostando por un modelo agrícola sostenible y comprometido con el futuro del planeta”, concluyó.



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